Comunicado sobre la lengua valenciana y su codificación

El Instituto de Estudios Valencianos manifiesta que frente a las recientes declaraciones de algunas instituciones, continuará trabajando para conrear y difundir la lengua valenciana, y que seguirá utilizando las "Normes d’El Puig" porque considera que son les más adecuadas para nuestro idioma.

Esta codificación es el fruto de un trabajo riguroso por parte de filólogos y estudiosos valencianos y se fundamenta en el hablar vivo y en la tradición escriturística valenciana, clásica y moderna.

Esta ortograíia continúa la senda comenzada por el erudito José Nebo Pérez y por el filólogo Luis Fullana, el mejor especialista en lengua valenciana de la primera mitad del segle XX y referente histórico ineludible.

Las "Normes d’El Puig" recibieron en 1981, en el monasterio del que toman el nombre, un amplio respaldo social de numerosas personalidades y entitades culturales valencianas.

La sección de lengua del Instituto seguirá su trabajo en pro del idioma valenciano, siempre desde la más estricta fidelidad a nuestro reino. Los cambios introducidos por la Real Academia de Cultura Valenciana en las "Normes d’El Puig", en la última década, no eran más que maniobras para acercarse al modelo catalanizado que impulsa la AVL desde su creación. Una catalanización fundamentada en la total sumisión de la cultura valenciana a la catalana –o como otros, que la quieren un reducto folclórico- y disfrazada de planteamientos científicos y académicos.

Esta nueva acentuación sólo ha traido división entre las entitades valencianistas. Es un buen momento para volver a los inicios de aquel 1981. Esta recuperación favorecería que el paradigma autoctonista se fortaleciese.

Los que consideran que esta defensa supone un castellanismo menosprecian los parámetros de la sociolingüística, que propugna planificaciones formales –normativas-  atentas al respecto y la voluntad de los hablantes, excepto que el objetivo sea otro, como parece ser en este caso.

También el hecho de que el Instituto de Estudios Valencianos colabore con otras entidades culturales europeas dentro de la Alianza Europea de Lenguas Minoritarias (AELR) nos permite ver claramente que el ejemplo valenciano no es único, ni singular, como algunos, interesadamente, quieren hacer creer. Muchas otras lenguas del mundo padecen la presión de un idioma estatal que intenta minimizar su uso social, o también de otras lenguas vecinas que intentan absorberlas y hacerlas desaparecer, como es el caso de algunos occitanistas que defienden que la lengua provenzal y la gascona no son más que dialectos del occitano.

Pocas cosas son más legítimas que trabajar para defender la cultura propia, en nuestro caso, la valenciana.

Valencia  a 16  de febrero de 2016

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